Raito estaba en el comedor, observando cómo los trabajadores seguían trabajando fuera de la mansión, mientras se relajaba después de una cena tranquila con su abuelo. Sin embargo, una duda seguía rondando su mente. La magnitud de lo que había sucedido, y todo lo que se estaba construyendo, le parecía increíble. Pero no podía evitar la pregunta que lo había estado inquietando desde que vio la magnitud de los cambios.
Después de un rato, cuando ya la mayoría de la gente se había retirado, Raito se armó de valor y le preguntó en un tono directo pero tranquilo: "Abuelo, ?cómo lograste financiar todo esto? Quiero decir, no es fácil conseguir una inversión tan grande. No entiendo cómo alguien, especialmente un bibliotecario, podría costar semejante proyecto".
El abuelo de Raito, Eldric, no pareció sorprendido. Sonrió con una calma sabia, como si hubiera anticipado esa pregunta. Tras un momento de silencio, él respondió con serenidad: "Te dije que fui a ver a un viejo amigo en la capital, ?verdad?" Raito avanzando, esperando que la respuesta sea tan intrigante como la pregunta. "Bueno, ese amigo no es cualquier persona. Es un excompa?ero de aventuras, alguien con quien recorrí muchas tierras, enfrenté monstruos y atravesé grandes peligros. Y ahora, se ha convertido en un noble influyente, uno de los más poderosos en la región".
Raito abrió los ojos, sorprendido. "?Un noble?" murmuró. "No sabía nada de eso..."
Eldric continuó, sin prisas, pero con una sonrisa nostálgica. "Sí, él y algunos otros nobles que también me deben favores por los peligros que les ayudé a sortear. Siempre estuve allí para ellos, en momentos de guerra, en momentos de necesidad. Ahora, cuando me vieron presentando este proyecto, decidieron ofrecerme un préstamo generoso para convertir la biblioteca en algo mucho más grande. Y no solo ellos. Todos aquellos que han sido testigos de las veces que les salvé la vida, me ofrecieron su apoyo. Si este proyecto fracasa, no habrá consecuencias graves. Ellos confiaron en mí, y saben que siempre cumplo mis promesas."
Raito se quedó en silencio por unos segundos, asimilando lo que acababa de escuchar. "Entonces, si algo sale mal, no hay peligro para ti... pero eso se debe a la confianza que tienes con ellos, ?verdad?"
"Exactamente", respondió Eldric, sin dudar. "Ellos no solo me deben favores, también me consideran un amigo cercano. Si por alguna razón este proyecto no tuviera el éxito esperado, no tendré que preocuparme por el pago o perder algo importante. Sabes, a veces, en este mundo, las buenas relaciones son más valiosas que cualquier oro."
Raito, aún con la mente llena de preguntas y pensamientos, ascendiendo. "Entonces todo depende de nosotros. No es solo una construcción... es un desafío personal para ti, abuelo".
"Así es, Raito", dijo Eldric, levantando su copa. "Y tú, como parte de este proyecto, también tienes un papel crucial. Lo que estamos creando no es solo para el presente, sino para el futuro. Un futuro que solo se alcanzará si tenemos éxito."
Raito observó la copa en la mano de su abuelo, y luego miró todo lo que se estaba construyendo fuera. La mansión ya era imponente, pero ahora sentía que había mucho más en juego de lo que pensaba. Sin embargo, al escuchar las palabras de su abuelo, entendió que el riesgo no era tan grande como pensaba. La amistad de Eldric con los nobles influentes le daba una sólida red de seguridad.
"Haré todo lo que pueda para que funcione", dijo Raito, decidido. "No te fallaré, abuelo."
Y así, con una nueva determinación en su corazón, Raito entendió que no solo se trataba de la expansión de la biblioteca, sino de la preservación de un legado. Un legado que podría cambiar la historia de Niravell y más allá, y que, si todo salía bien, marcaría el comienzo de algo mucho más grande para todos.
Tras la conversación de Raito con su abuelo, y mientras los planes para la expansión de la biblioteca continuaban a toda marcha, Kaelis, quien había estado observando el ajetreo y el crecimiento de la mansión, decidió que era hora de hablar con Eldric. Había algo que la estaba rondando en la cabeza, y sentía que el momento era el adecuado.
Se acercó al abuelo de Raito, quien estaba revisando algunos papeles de los nuevos contratos con los artesanos y los trabajadores. Kaelis, con su usual expresión tranquila pero decidida, tocó suavemente la puerta de la oficina privada de Eldric.
"?Puedo hablar contigo un momento, Eldric?" preguntó, sin esperar respuesta, pero de forma educada.
Eldric levantó la mirada, sorprendido pero curioso. "Claro, Kaelis, pasa, ?qué necesitas?"
Con pasos firmes, Kaelis entró y se sentó frente al abuelo de Raito, mirando a los ojos de él con una expresión seria pero llena de respeto. "Quiero pedirte un favor, algo importante. Sé que estoy aquí como acompa?ante de Raito, pero en todo este tiempo he visto cómo ha crecido todo esto. Todo lo que está sucediendo... y creo que puedo ser útil. Pero hay algo que quiero preguntar directamente."
Eldric frunció el ce?o ligeramente, sin estar seguro de lo que Kaelis quería pedir. "Te escucho, ?qué tienes en mente?"
Kaelis respiró profundamente, como si hubiera estado pensando en esto durante algún tiempo. "Me gustaría mudarme aquí, de manera oficial, y asumir una función en este lugar. No soy muy hábil en los negocios ni en el comercio, pero lo haré lo mejor posible. Puedo ayudar con la seguridad, la organización, y cualquier otra cosa que necesite la biblioteca, o incluso proteger este lugar si fuera necesario. No tengo grandes ambiciones en el sentido de buscar un puesto prestigioso, solo quiero ser útil."
Eldric la miró en silencio durante unos momentos, tomando en cuenta lo que le había dicho. Sabía lo que Kaelis había hecho por Raito y por él, y sentía una gran confianza en ella. Después de reflexionar, le sonrió con comprensión.
"Kaelis", comenzó, "tu habilidad con el sigilo y tu experiencia como asesina son valiosas, mucho más de lo que imaginas. No necesitas ser una experta en comercio para ser parte de este proyecto. Tu presencia ya ha sido muy importante, y tenerte cerca, apoyando a Raito y a este lugar, solo puede ayudar. Así que, si te interesa mudarte aquí, te doy mi total apoyo."
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Kaelis sonrió ligeramente, sintiendo que sus palabras habían sido bien recibidas. "Gracias, Eldric. Aprecio mucho tu confianza."
Eldric asintió. "Lo que estamos construyendo aquí no es solo una biblioteca. Es un refugio, un centro de poder y conocimiento. La seguridad será una de las claves para su éxito. Y si tú estás dispuesta a tomar parte en ello, sería un honor contar contigo."
Ambos compartieron una mirada de entendimiento, sabiendo que, a pesar de sus diferencias de pasado, sus habilidades se complementarían bien en este nuevo capítulo de la vida de todos.
Kaelis, sintiendo que su lugar ahora estaba más claro que nunca, asintió. "Entonces, me instalaré de inmediato. Estaré al tanto de cualquier necesidad."
Eldric se levantó de su escritorio, ofreciendo su mano en se?al de acuerdo. "Bienvenida, Kaelis. Tu ayuda será valiosa, más de lo que piensas."
Kaelis estrechó la mano de Eldric con una ligera sonrisa, sintiendo por fin que su propósito aquí comenzaba a concretarse. Sabía que su papel no sería fácil, pero estaba dispuesta a cumplirlo al máximo.
Cuando Kaelis salió de la oficina de Eldric, ambos se sintieron más tranquilos y satisfechos con la decisión. Sin embargo, cuando ella estaba por marcharse, Eldric, que había estado pensando en su conversación, soltó una risa suave.
"Ahora que lo pienso", dijo Eldric, mirando pensativo hacia Kaelis, "el primer día que te vi, pensé que eras una amiga de Raito, pero al parecer, ya te habías mudado sin decir nada."
Kaelis lo miró con algo de sorpresa, pero también con una ligera sonrisa en el rostro. "?De verdad pensaste eso?"
"Sí, claro", continuó Eldric, entre risas. "No te vi con las maletas ni con algo que indicara que te quedabas aquí, y de repente, te quedaste a dormir sin previo aviso. Nunca dijiste una palabra al respecto, y yo, de alguna forma, nunca lo cuestioné. Me parecía normal. Resulta algo gracioso ahora, ?no?"
Kaelis se quedó en silencio por un momento, sorprendida por lo que decía. Luego se echó a reír suavemente. "Bueno, supongo que no fue la manera más formal de hacerlo. Pero, de todas formas, me alegra que te sientas cómodo con mi presencia."
Eldric sonrió ampliamente, se?alando con un gesto hacia la biblioteca y el nuevo centro de operaciones que estaban creando. "Créeme, Kaelis, no es un problema. Después de todo, la biblioteca se está expandiendo, y es lógico que haya nuevas personas ayudando, así que no hace falta dar explicaciones. Aunque me hubiese gustado que me avisaras antes, realmente no es necesario. Estás aquí, y eso es lo que importa."
Kaelis asintió, aún riendo por lo que acababa de escuchar. "Lo siento por no haberlo hecho de manera más formal, pero me alegra que puedas tomarlo con humor."
"?Humor?", dijo Eldric con una sonrisa burlona. "En mi caso, es solo una anécdota más para contar, y no puedo negar que me hace reír."
Ambos se quedaron allí un momento, disfrutando de la ligera complicidad que se había formado entre ellos. Kaelis había encontrado finalmente un lugar en el que sentía que pertenecía, y Eldric, a su manera, estaba feliz de contar con alguien tan competente en su equipo, incluso si su llegada había sido un tanto inesperada.
Al día siguiente, Kaelis se encontró con Raito en la biblioteca, mientras él organizaba algunos documentos. No pudo evitar sonreír al recordar la conversación con Eldric, así que decidió contarle lo sucedido.
"Raito, ?te acuerdas de lo que le conté a tu abuelo ayer sobre mudarme oficialmente aquí?", comenzó Kaelis, aún divertida por la situación. "Pues resulta que él pensaba que ya me había mudado desde el primer día que me vio, ?sin previo aviso!"
Raito la miró, confundido al principio, pero pronto se dio cuenta de lo que quería decir. "?En serio? ?Nunca le dijiste nada?"
"?No! De hecho, fue bastante gracioso", respondió Kaelis, riendo entre dientes. "Pensaba que era una amiga tuya, y que simplemente me quedaba a dormir sin decirle nada. Y cuando le mencioné que ahora me iba a mudar oficialmente, solo se echó a reír."
Raito no pudo evitar soltar una risa burlona. "Eso suena típico de él. Pero, bueno, es gracioso que no le hayas dicho nada al principio. Aún así, me imagino que él ahora está encantado con la idea."
Kaelis asintió, aunque su tono cambió a algo más serio. "Sí, pero... ahora tengo que hacer la mudanza de verdad. Y sabes, no soy la mejor en eso, así que quería pedirte un favor."
Raito la miró con curiosidad. "?Un favor? ?Qué favor?"
Con una sonrisa traviesa, Kaelis cruzó los brazos. "Te necesito para ayudarme con la mudanza. No soy muy buena con las cajas y los muebles, y no quiero que Eldric piense que no sé cómo organizarme. ?Me ayudas?"
Raito soltó una risa, algo burlona, antes de responder. "?Ahora me pides ayuda con la mudanza, después de todo lo que ha pasado? Me imagino que tendré que hacer todo el trabajo pesado, ?verdad?"
Kaelis le gui?ó un ojo. "No te preocupes, te compensaré con un buen almuerzo después. Y te prometo que no me quedaré simplemente dormida en tu casa esta vez."
Raito suspir teatralmente, pero finalmente sonoro. "Bueno, está bien, no hay problema. Aunque debo decir que a veces me pregunto qué clase de aventuras terminarán surgiendo de toda esta situación".
Kaelis sonriendo también, satisfecha con la respuesta. "Lo veremos. Pero por ahora, creo que tenemos una mudanza que atender."
Esa misma tarde, Raito y Kaelis comenzaron a preparar la carreta para la mudanza. Aunque la tarea parecía sencilla, Kaelis decidió que no necesitaban una carreta demasiado grande. La razón era clara: su casa, oculta al lado de un gremio de aventureros, no quería que nadie descubriese la ubicación exacta de su nuevo hogar, al menos no por ahora. Sabía que el lugar seguiría siendo una base secreta y prefería mantener la discreción.
Kaelis había tomado precauciones adicionales al colocar un artefacto de teletransporte en su nueva habitación. De esta manera, podría moverse entre su nueva base y su antiguo hogar en cualquier momento, sin tener que preocuparse por revelar su ubicación. A pesar de todo lo que había pasado, Kaelis no quería abandonar por completo su antiguo refugio, el que había sido su hogar por tanto tiempo. Aún sentía una conexión con el lugar, aunque las memorias de su clan eran borrosas.
Mientras Raito y Kaelis cargaban la carreta, Raito no pudo evitar notar cómo Kaelis, en su manera algo despreocupada y sarcástica, había sido muy meticulosa al elegir qué llevarse. Había decidido tomar solo lo esencial para su nueva vida en la base externa, pero en su mirada se notaba que también estaba tratando de mantener vivo lo que aún quedaba de su pasado.
"?Entonces no vas a dejar ese lugar para siempre?" le preguntó Raito mientras subía al carro para ayudarla con las últimas cajas.
"Es complicado", respondió Kaelis, en su tono más serio de lo habitual. "Aunque no recuerde todo sobre mi clan, no quiero olvidarlo por completo. Hay algo en ese lugar... algo que me hace sentir que aún debo protegerlo, de alguna manera. No puedo simplemente cortarlo de mi vida."
Raito ascendió, comprendiéndolo. No necesitaba más explicaciones para saber lo importante que era para ella mantener esa conexión con su pasado, incluso si ahora estaba dando un paso hacia algo completamente nuevo.
Con la carreta lista y cargada, Kaelis echó un último vistazo a su antigua casa antes de dar el primer paso hacia su nueva base. En el camino, el aire estaba tranquilo, y por un momento, ambos se sintieron aliviados de poder seguir adelante con sus vidas, aunque las sombras de su pasado siguieran presentes.
La tarde avanzaba, ya medida que se alejaba, Kaelis, con una ligera sonrisa, miró a Raito y dijo: "Nos esperan nuevas aventuras".
Raito la miró con curiosidad, sabiendo que, sin importar lo que ocurriera, ambos estaban comenzando una nueva etapa.